Agradezco a Pilar Lladó que me haya invitado a participar en este espacio virtual de encuentro. Hoy especialmente os quiero dar las gracias por vuestro compromiso, reconocimiento y permanente apoyo que, en la compleja situación que estamos viviendo, es aún más valioso y admirable. Mi aplauso directo ahora es también para esa gran comunidad que formamos.
Este inesperado escenario nos ha colocado en otro lugar donde acciones como mirar, pensar, producir, sentir, disentir… se complejizan y se cruzan con otros muchos factores que hace muy poco tiempo ni siquiera estaban en el mapa de nuestras posibilidades. ¿Cómo se cierra un museo? ¿Cómo se paraliza una programación para que el efecto dominó no acabe arrasando años de trabajo? En apenas unas horas hemos tenido que renegociar préstamos, modificar transportes y seguros, reprogramar la conservación de las obras… al mismo tiempo que traspasar la mayor parte de las acciones al espacio virtual. Reaccionar, improvisar estrategias, encontrar soluciones, sin olvidar que nuestra materia de trabajo es la reflexión, el pensamiento paradójico y complejo que provocan unas obras de arte que cuestionan y transforman la forma de ver y entender el mundo.
¿Cómo repensar el museo, la institución pública y sus urgencias desde una urgencia mayor como es el cuidado de la propia ciudadanía? ¿Cómo un museo público atravesado por todas las contradicciones del presente se puede posicionar ante esta crisis? El Reina es una suma, una yuxtaposición, de microrrelatos que se atraviesan. Las colecciones, las exposiciones temporales, las acciones educativas, la formación, la investigación forman parte de esa autorreflexión que nos obliga a preguntarnos qué hacer para profundizar en el significado de seguir siendo un servicio público, un espacio común, ahora.
Quizá no sea el momento de tener respuestas sino el de seguir haciéndonos preguntas, el de sentirnos de otra forma, quizá como parte de la diversidad orgánica del planeta, aprender a escucharnos desde otros lugares. Esta semana, el miércoles 8 de abril, se conmemora el
día internacional del pueblo gitano y la obra de
Ceija Stojka plantea ángulos muy distintos desde donde ver la historia. Un recorrido por las páginas de su
catálogo mientras escuchamos el himno
Gelem Gelem en la voz de Esperanza Fernández quizá nos pueda enseñar, emocionar y mostrar nuevas formas de interpelarnos.
Hasta que nos encontremos en el Museo disfrutando de esas obras capaces de transformar nuestra mirada, espero que las propuestas que estamos compartiendo en la web y en las redes, tanto del Museo como de Amigos del Museo, también os sigan interrogando y emocionando.